
Nunca pensé que diría esto: me alegra volver a la rutina. Después de tantos días de excesos culinarios y emocionales, la más insípida cotidianidad se convierte de repente en el mejor de los platos... incluso cuando, a pesar de los condimentos de los buenos propósitos, sigues incluyendo en tu dieta algunos de los ingredientes amorosos que te avinagraron parte del sabor del 2003. Presiento que algo va a cambiar este año. Mañana me voy al gimnasio...
Kira
1 comentario
Jorge -
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Saludos